Patricia
Matto lleva junto a su esposo las riendas de un negocio cuyos
productos, bajo la marca Cool!, son exportados a varios países. Muy
pronto espera ingresar sus langostinos a los supermercados
Magda Quispe.
“La persistencia, estar constantemente actualizado, perfeccionarse,
mejorar la calidad del producto y cumplir de forma puntual con los
clientes, proveedores y empleados”, son solo algunos puntos que todo
empresario debe hacer bien en su negocio.
De esta forma, nos empieza a relatar su historia Patricia Matto,
gerente de ventas de Atisa (Acuacultura Técnica Integrada del Perú),
quien junto a su esposo Juan Carlos Leyton, el gerente general,
apostaron por crear una empresa que comercializa langostinos congelados.
Economista de profesión, Patricia Matto se inició en el mundo
laboral de forma dependiente trabajando para el Instituto de Comercio
Exterior, donde luego fue trasladada al área de desarrollo del producto
pesquero, lugar que le permitió lograr mayores conocimientos en este
campo.
Al poco tiempo contrajo matrimonio con el ingeniero acuicultor
chileno Juan Carlos Leyton, actual gerente general de Atisa, y ambos
decidieron apostar por un negocio propio que en un inicio se realizó en
Ecuador, ya que Leyton trabajaba en ese lugar.
Y así fue, en 1991, con una inversión aproximada de US$ 60 mil,
emprendieron su empresa de cultivo de larvas de langostinos en Ecuador,
pero lo exportaban al Perú bajo el nombre de Prodelmar.
Apuestan por el Perú
El negocio iba viento en popa, por lo que en 1997 los esposos toman
la decisión de expandir sus actividades e invertir en la crianza y
exportación de langostinos en Tumbes, para ello cambian la razón social a
Atisa.
Patricia recuerda que la expansión del negocio los llevó a tomar la decisión de invertir US$ 500 mil con un cofinanciamiento.
Es con esta expansión del negocio que deciden ingresar con mayor
fuerza a la exportación, y por primera vez realizan envíos por hasta US$
150 mil, es decir 28 toneladas de langostinos congelados.
Entre sus principales destinos de exportación está Chile, Estados Unidos y España.
El negocio caminaba muy bien, por ello llegaron a contratar hasta 20 empleados, entre operarios, seguridad y ejecutivos.
Los malos momentos
Pero no todo es color de rosa para las empresas. Una piedra en el
camino se presentó y los esposos tuvieron que paralizar su producción y
llegaron a perder hasta US$ 300 mil entre los años 2000 y 2003. Estas
pérdidas se explican por el ataque del virus llamado ‘mancha blanca’ que
afectó la oferta acuícola peruana, lo que no permitía cosechar los
langostinos para la exportación.
“A este momento difícil se le sumó el ingreso de China al mercado
internacional, que bajó los precios de los langostinos hasta en 50%”,
señala Patricia.
Ya en el 2007 empiezan a comercializar y exportar los langostinos
congelados con su propia marca, Cool!, en bolsas de 500 gramos.
Actualmente, en el mercado local solo comercializan sus langostinos
en el aeropuerto de Tumbes y entre sus metas está ingresar muy pronto a
los supermercados del país.
Datos
3 países son los principales mercados de destino: Chile, EEUU y España.
60 mil dólares fue la inversión inicial para el cultivo de larvas de langostino.
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